sábado, 31 de marzo de 2012

Júbilo

Pues aquí estoy de nuevo, en el café, eligiendo de nuevo ese Frappuccino mocha sin crema y con doble espiral de chocolate, pero tiene un sabor diferente, ya no sabe a tristeza como antes, ya no sabe a autocompasión ni a lástima, ahora lleva un ingrediente suave y explosivo a la vez, es júbilo.

Sí, antes de tomar mi asiento preferido frente a la ventana me acerqué a la mesa de las especias, ahí había canela, chocolate, nuez moscada, azúcar y más... de entre todo hice la elección de siempre: nostalgia, sí, pero aunque me costó mucho trabajo, al final tomé despreocupada una pisca de decisión y la mezclé con otro poco de qué-todo-vaya-bien-por-favor, mucha locura y una pizca de ya-me-importa-poco.

Cuando finalmente me acomodé en mi lugar, sentí desasosiego, como si de pronto no perteneciera a allí, y quizá así era desde tiempo atrás pero no había querido verlo.

De pronto salí del café y fui a elegir una de las mesas de la terraza, la brisa suave y deliciosa con aroma a sal y a libertad se mezcló con la locura que despedía mi bebida y sonreí. No era una sonrisa triste, era una sonrisa de felicidad pura, como cuando realmente esperas encontrar regalos bajo el árbol en la mañana de navidad...

La próxima vez que nos veamos en este café, quizá, ya no estaré sola, y quizá el lugar geográfico haya cambiado, aunque no el virtual, aquí estará este café siempre que lo necesite.

Antes de despedirme momentaneamente quiero compartir con ustedes este maravilloso video que me dedicó el chico del que me enamoré, esto fue el 14 de febrero, y cada vez que lo veo siento que mi corazón se llena de alegría reviviendo ese instante. Solo puedo decir: Gracias.

 

1 comentario:

N. Inmunsapá dijo...

Es bueno ver el café de nuevo con movimiento.
Gracias por escribir otra vez...

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