viernes, 30 de diciembre de 2011

Libros...


¿Tú cómo eliges un libro?

Yo suelo no elegirlos, el primero me lo han mostrado y tenía buenas críticas, me pareció agradable y lo tomé, pero no lo terminé, era aburrido y demasiado adulto para mi corta edad, tenía apenas 14. Luego el siguiente fue gracioso porque habían dos libros frente a mí pero no me gusta leer dos títulos a la vez -no soy así- por lo que ganó el más rápido del oeste, pero pronto encontraría algo de chick lit que me llevaría a terminarlo pronto para comenzar una aventura diferente que me llenó de nuevos conocimientos.

Sin darme cuenta llegó la universidad y las cosas cambiaron, no había tiempo para literatura de chicas, ni para escribir, ni para nada fuera de la escuela, entonces entre mi grupo de amigas me presentaron un libro nuevo, era un libro bastante complicado que había estado en la estantería de una de ellas sin que yo lo supiera. No, no lo supe hasta que ella me dijo que ese libro era suyo, pero aferrada le dije que igual lo leería... Fue el libro más largo que he leído, también me enseñó muchas cosas que no sabía que existían, pero una serie de eventos se dieron y con un extraño final que no pareció tal, lo dejé.

Otro libro apareció, su portada era roja y parecía dinámico, mas fue muy corto para mí, lo acabé rapidito porque al final no era lo que exactamente quería, no llenaba mis expectativas.Y la segunda parte de aquel libro largo llegó más rápido que la primera y la tomé sin reparos, tonta de mí, era exactamente lo mismo pero con más lágrimas pues uno de mis personajes favoritos murió en la primera página... fue como estar ahí, pero sin poder hacer nada. Ese tomo me llevó a retomar algunos sueños pero al final los tiró a la basura con un desenlace un tanto abrumador.

Estuve mucho tiempo sin leer, demasiado deprimida con el último final, además ningunos de los títulos que se me presentaron en ese largo tiempo fueron lo suficientemente buenos como para que me decidiera, y no fue uno ni dos, fueron muchos los títulos que rechacé.

De pronto una pregunta sola que nadie me podía responder, me tomó de la mano y me presentó ante uno de esos libros que se deben atesorar, de esos que han tenido un largo camino ya, con sus páginas amarillentas y el título borroso, forrado en piel, cocido a mano, de esos libros de la vieja usanza. Es un libro hermoso, tanto por fuera como por dentro, un libro muy difícil, con subidas complicadas y bajadas vertiginosas, con capítulos dulces y otros amargos. Es de esos libros que te enseñan a valorar. Y un estúpido error mío me llevó a perderlo sin haber encontrado un final... No creo volver a encontrarlo, no creo que quiera que siga leyendo, me enseñó demasiado y yo no supe cuidarlo...

Tantas cosas buenas podría decir de ese libro, pero al final las palabras no me son suficientes.

Ahora mismo el dolor está tan cerca que ya no quiero volver a leer jamás.

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