Somos uno...

Tus manos tensas, tus dedos moviéndose con rapidez y destreza sobrehumana, tu mirada atenta, fija en un punto pero analizando el entorno, esperando cualquier movimiento para reaccionar... y sin embargo, no te percatas de mi presencia, siento celos del control que sostienen tus manos, del juego que me roba tu atención...

Me acerco lentamente y muerdo tu oído, me encanta molestarte cuando juegas. Me miras y sonríes... me encanta tu sonrisa, me hace feliz verte sonreír, es como si el mundo se convirtiera en azúcar y se derritiera en mi boca... Dejas el control a un lado, ¡he ganado! te tengo, ahora eres mío, ahora no habrá nada que distraiga tu atención de mí.

Una camisa tuya es todo lo que llevo encima, me encanta usarlas, me exita llevar sólo tu camisa, es delicioso, me provoca sensaciones exquisitas, sentir tu aroma en mi cuerpo...

Acaricio tu mejilla y tus manos acarician mis piernas, te beso mientras desabotono la camisa que llevo, me siento en tus piernas con las mías abiertas para provocarte más. Me gusta frotar mi cuerpo contra el tuyo. Tomas mis muslos apretándolos, me encanta tu manera de tocarme...
Me cargas, me llevas a la cama, te desvistes y te acuestas a mi lado, acaricias mis pechos con cuidado y firmeza, los lames, los muerdes con suavidad mientras gimo, sabes bien cómo hacerlo... Sabes lo que deseo y con fiereza prometes dármelo, me gusta que me tomes con fuerza, que impongas tu ley, que me hagas saber que tú mandas, me gusta someterme ante ti porque sé que no me harás daño, porque sé que me amas, porque también te amo y porque, apesar de las distancias, somos uno...