lunes, 8 de septiembre de 2008

Diálogo entre la Luna y un ser de oscuridad


            La hermosa Luna recorría el bosque con serenidad, andando con elegancia y sencillez, su blanco vestido ondeaba con el viento que también jugaba con sus largos y nocturnos cabellos cuando, de entre las sombras, una voz antiquísima, llena de  conocimientos guardados con recelo, se escuchó apenas.

 

            - Mi Luna que me baña con su platinada luz, en mi camino, donde me creía solo, ahora sé que siempre has estado junto a mí, en mi eternidad.

 

            La Luna guardó silencio temerosa, se acercó un poco a las sombras y su mano extendió para iluminar un poco con su pálida y brillante piel. Una fría mano tomó la suya, un ser oscuro ataviado con el color de las sombras le reverenció y besó el dorso de la mano suave y celestial.

 

            - Estaba esperándote, preciosa princesa lunar que le das significado a mi arcaica vida, deseo no morir porque tú estás aquí, junto a ti no le temo a la oscuridad de mi interior. Soy tu marqués, la sombra, padre de Kedart. A ti te amo y ya de antes deseaba verte pronto y reflejarme en las puertas del cielo que son tus bellos ojos donde aprecio tu venusina hermosura, tu alma…

 

            La luna, intimidada por las palabras y la extraña presencia de aquel ser, respiró profundo y sonrió paciente y comprensiva.

 

            - Espero que a la Luna deje de amar, pues el Sol es celoso y no le permitirá acercarse. No quisiera que le lastimaran, vuelva a la Tierra y busque su luz lejos del cielo.

 

            - Hermosa Luna, si un segundo bastó para amarte, no la eternidad para olvidarte. Levantaré mis alas de piel cual Icarus al eclipsado Sol, me sacrificaré. He desnudado mi alma que te ama. Luna platinada, busca en tu interior ese refugio que sólo tú conoces y ahí estaré, velando tus sueños.

 

            Ofendida por la sola idea de que ese ser oscuro profanara sus sueños, con desdén contestó.

 

            - Icarus no escuchó las advertencias, escúchelas usted, el Sol es tan maravillosamente poderoso que jamás lo vencerá, jamás a mi corazón se podrá acercar.

 

            - Luna, tus palabras estacan mi alma que, en lágrimas, abandona mi mortaja, pero tú, que eres libre, ¿qué deseas?

 

            Ella, enamorada, miró al cielo y sonrió al sentir la suavidad de una cálida caricia que el Sol, desde su lejano paradero, le enviaba con amor.

 

            - Luz propia no tengo, brillo por la luz que me regala en caricias mi amado Astro Rey, él me ama y me protege… Mi corazón es sólo suyo, él, y sólo él, es mi dueño.

 

            - Nadie puede adueñarse de un ángel pues sus platinadas alas significan libertad… Al menos déjame volver a verte, dama platinada, sólo permíteme deleitarme con tu sonrisa, bella Luna, permíteme presentarme como tu sirviente fiel.

 

            Ella guardó silencio, meditando una respuesta adecuada, cuando ese ser de oscuridad habló con un dejo de resentimiento en la voz.

 

            - La luna gravita alrededor de la Tierra, el Sol no lo comprende, ella es la noche y de la noche los sentimientos espirituales… vampiro yo, tú mi último suspiro.

 

            La dulce mirada se llenó de frialdad y retrocedió un paso liberándose del agarre y dando por terminado un cortejo fracasado.

 

            - Si la luna gravita alrededor de la Tierra es porque el Sol bajó a caminar, por eso también estoy aquí.

 

            Y sin más se alejó de las sombras, del bosque,  y se acercó a la tibia luz del día, caminó colina arriba y continuó su búsqueda, esperando ansiosa el encuentro con su amado Astro Rey.



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Este cuento corto está basado en una conversación que sostuve por diversión y con muchos deseos de partirle la cara al pobre tipo, mas sin embargo, prefiero verlo sufrir un poco más... Bien pues, cuídense mucho, coman bien, disfruten de la vida.


¡¡Noviembre se acerca!! ¡Qué emoción! Muy pronto juntos, tú y yo, mi Astro Rey, muy pronto...


1 comentario:

Anónimo dijo...

Mmm... muy interesante y a la ves me llena de una extraña rabia, muy cierto es que el sol es celoso y muy peligroso para quien se acerca con otras intenciones a la luna, lo bueno de esto es que el sol tiene el poder de destruir a esos imbeciles cobardes que solo en las sombras viven, por eso siempre he de amarte luna de mis noches, siempre he de protegerte y mandarte mi calor, y para quienes quieran estar cerca de ti... solo les espera el dolor y la desepcion, porque tu corazon es mio, solo mio y NADIE MAS puede estar a tu lado mas que yo, para ponerle mas estrellas al universo mi amada luna, te amo y te amare por todas las eternidades que nos toquen vivir.